SMART CITIES PARA DUMMIES. VISIÓN INSTRAGRÁMICA DEL CONCEPTO SMART CITY.
La percepción de las smart cities, depende de modelo “instagrámico” que utilicemos al poner un filtro que nos guste para valorar la evolución y el adecuado uso para la tecnología en las ciudades y territorios.
La vertebración de las ciudades y territorios a través de la tecnología es una realidad. Lejos quedan los enfoques parciales donde las soluciones tecnológicas se dirigían básicamente a satisfacer en exclusiva las necesidades de los servicios básicos de las ciudades (alumbrado, jardines, recogidas de residuos, entre otros). Empezamos apreciar con naturalidad que el foco se aproxima al desarrollo de las necesidades básicas de los ciudadanos y sobre todo a acercar la tecnología de una forma útil al uso cotidiano de las ciudades y los ámbitos territoriales incluyendo el enfoque hacia él la puesta en uso en pequeños municipios.
Es una realidad mundial. Cada ciudad, cada provincia, cada ámbito territorial diseña sus propias fórmulas, pero ya con un enfoque en el “engagement” con la ciudadanía. Moscú, Qatar, Seúl,Tel Avic, Mar del Plata, ect.. y un largo etc. de municipios, marcan su estilo y muestran sus modelos. Pero no hay que olvidar a las empresas; integradoras, desarrolladoras de soluciones y aplicaciones, implementadoras de GIS, empresas de hardware y también otro largo etc.… también están cambiado su enfoque.
1.- CAMBIOS EN LA PERCEPCIÓN
Es tiempo de cambios, creo que sí. Hace unas fechas un artículo de una publicación digital se hacía eco de la evolución de proyecto smart city en España y nivel mundial , tras un cuidadoso análisis de muchas de las iniciativas que se han desarrollado, ponían en suerte “y citaba de poco éxito” el desarrollo y el impacto de estos proyectos. No quiero entrar en discordia con un trabajado análisis periodístico (en el cuál fui entrevistado también), pero de su resultado final tengo la sensación de que quizás faltó una confianza en el largo plazo.
Los desarrollos Smart Cities podrían compararse con el Urbanismo, donde después de la planificación, viene la ejecución y posteriormente toca poner en uso la misma, pues a veces lo proyectado no es lo que el ciudadano pone en valor. Los proceso Smart City podrían quizás tener este enfoque, o no, pero es cierto que tras los procesos estratégicos, de desarrollo e implantación, la puesta en uso de las soluciones tecnológicas son completamente similares a la puesta en uso de las soluciones urbanísticas de las ciudades.
Pero sigamos, la realidad y en la línea con los antecedentes de este post, el concepto Smart City ha cambiado. Me sorprende ver proyectos desde el enfoque “Share”, “Sharing Cities ” , o que estrategias como la economía circular, los objetivos ODS, el impacto de la despoblación, o el desarrollo de la economía rural tenga en la tecnología un aliado son acciones que invitan a la reflexión porque la mayoría se realizan desde una perspectiva mundial y global.
No voy a poner en duda que todo en esta vida no tiene por qué ser la realidad virtual, la Inteligencia Artificial, los chatbots, los robots o qué predicciones y que impacto tendrá en la movilidad el vehículo autónomo, por sí solo no nos aporta ninguna solución. Pero lo que si es cierto y recogidas en todas las estrategias mundiales, es que se ha ido dejando paso a la participación ciudadana, la generación de nuevas economías, reformulación de los modelos de negocios, la conservación o prolongación de la vida de los recursos o promover la inclusión social desde la inclusión tecnológica.
En España, se vive un momento de gran expectación fruto de las inversiones derivadas de las Estrategias de Desarrollo Urbano Sostenible, Destinos Turísticos Inteligentes, Edificios Conectados, o Convocatorias de Ciudades y Territorios Inteligentes del Plan Nacional, pero ¿qué pasa en el resto de Europa y en el mundo? Pues quizás con distintas fórmulas, pero del mismo modo la tecnología se hace eco de las necesidades del territorio en función de como evoluciona las sociedad en ese país, hay enfoques más estratégico-centrados en las personas (como en el caso de Ámsterdam) u otros enfoques que tienen en la seguridad o la movilidad su punto de inflexión sobre el que se vertebra las necesidades de la ciudad, pero todos los casos siempre el foco ciudadano se mantiene.
Han pasado varios años desde que el concepto SmartCity irrumpiese en el mercado de una manera más directa. La compañías de automóviles se acercan a este concepto, con un enfoque de servicios; conectado y adaptado a las necesidades del usuario. Las compañías de energía ven que la disrupción que provocará la eliminación de los combustibles sólidos les pondrá en una situación envidiable para participar del ecosistema de las ciudades y territorios. La energía y la movilidad serán el nuevo foco de información y de generación de datos de las ciudades, las ciudades tendrán su cascos históricos las “almendras centrales” como se les llaman a las zonas más céntricas de las ciudades, sin vehículos, dando paso a bicicletas, vehículos restringidos o patinetes eléctricos. Sólo con este detalle es posible advertir que la manera de configurar, percibir, programar o diseñar los modelos predictivos de movilidad urbana se modificarán. Y aquí nuevamente tendrá un papel importante el ciudadano, donde su participación activa en el nuevo concepto de servicio de movilidad y la hiperconexión que deriva de ella, le permitirá ser un actor principal y no secundario (tras el vehículo) como lo era hasta la fecha.
2.- NUEVOS PLAYERS PARA LAS CIUDADES Y TERRITORIOS
El uso de los diferentes dispositivos tecnológicos, junto a una mayor presencia de dispositivos útiles para la gestión (tanto pública como privada) nos permite poner en suerte que los datos, su gestión, su analítica y su visualización.
Nuevos actores en la movilidad (las empresas de fabricación de vehículos incorporan soluciones al uso principal y se conectan con las ciudades y ciudadanos), en la energía, (nuevos usos para el alumbrado, las electrolineras como nuevo elemento a analizar en el inventario de activos del suelo urbano), en definitiva, cambios directos en la percepción del modelo de ciudad.
Es cierto que hay “modas” derivada de una necesidad, la descarbonización, la tomas de decisiones de los países en cumplimiento del Acuerdo de París, las estrategias que buscan alargar la vida de los recursos son decisiones que provocan cambios profundos en las ciudades y en los territorios y con ello nuevas maneras de relacionarse en las sociedad. El barniz “tecnológico”, sólo viene a depurar o para reenfocar procesos, pero la tecnología viene para quedarse.
El uso de nuevas fórmulas de relación, nuevas fórmulas de consumo comercial sustituyendo la fórmula tradicional por otra masiva online, también es percibida. No es casual que grandes compañías de gestión y pago con tarjetas aporten soluciones para el desarrollo de una economía inteligente de las ciudades. Llegando a percibir que es posible diseñar los ejes tractores de la economía de una ciudad a partir de los datos extraídos por el comportamiento ciudadano.
No entramos en detalle pero proliferan las soluciones que fomentan la participación ciudadana, la toma de decisiones, la cocreación de presupuestos participativos que ya también son una realidad.
Dejo para el final la soluciones que se formulan para modificar la relación con el turismo, tanto del oferente como que el que beneficiario. Las nuevas estrategias, basada en la creación de capas digitales, que provocan un mayor conocimiento de los hábitos ciudadanos ya son una realidad y con ello la posibilidad de captar en el origen y poder continuar al término de su paso por el destino con la relación con el turista, posible, pues ya parece que sí.
En un mundo de pantallas, de gafas de realidad aumentada, de wearables conectados o de sensores que nos informan de cada “ocurrencia”, e incluso sensores que sin darnos cuentas están informando (como tarjetas, dispositivos móviles, etc.…) hay hueco para los ciudadanos. El uso de los diferentes dispositivos tecnológicos, junto a una mayor presencia de dispositivos útiles para la gestión (tanto pública como privada) nos permite poner en suerte que los datos, su gestión, su analítica y su visualización, llegaron para quedarse.
Es hora de soluciones, quizás, llegó la hora de implementar una plataforma, depende y de una forma escalable, pero lo que si es necesario concebir la ciudad o territorio en clave tecnológica.
3.- SMART CITY EXPO WORLD CONGRESS, UN TERMOMETRO DEL IMPACTO DE LA TECNOLOGÍA EN LAS CIUDADES Y TERRITORIOS.
Este resumen de percepciones y de sensaciones es el que deriva de mi participación en el Smart City Expo World Congress de Barcelona, en la edición de 2018.
Un Congreso que mantiene su gran nivel holístico y de tendencias con sesiones inspiradoras que ponen en énfasis no sólo las tendencias más importantes en materia de tecnología, sino el impacto de las decisiones importantes para el planeta a nivel mundial y con ello cómo es posible poder cumplirlas o mejorar incluyendo soluciones tecnológicas, que ayuda a dinamizarlas de forma exponencial dentro del proceso de cambio. El debate siempre estará servido, los cambios a golpe de bytes y de metadatos a veces no son bien percibidos y otras veces no son bien recibidos. Todo dependen de modelo “instagrámico” que utilicemos al poner un filtro que nos guste para valorar la evolución y el adecuado uso para la tecnología en las ciudades y territorios.
Pero el cambio está, la normalización ( en el caso de España es una realidad y que ayuda a crear un Marketplace de productos y servicios comparable) la estandarización con modelo europeos para configurar los procesos de gestión de plataformas de las ciudades o para la definición de verticales, iniciativas que fomenten el impacto de la tecnología en el territorios rurales ( Smart Village) , el fomento de la analítica ( Business Inteligente y la tecnología predictiva está a la vuelta de la esquina) y la visualización de los datos ( la capas de información gráfico y los metadatos asociados como herramientas de transformación del territorio y como medio para la toma de decisiones) son un ejemplo de esta nueva realidad.
Si la tecnología es consumida o percibida como un cambio natural y lógico del hábito de los ciudadanos el cambio habrá llegado.
CONCLUSIÓN
No hay que tener una perspectiva a corto plazo en los procesos Smart City, pero los proyectos ayudan a dinamizar, a crear oferta y a fijar modelos, la tendencia que existe nos aporta una dosis importante de realismo. Los cambios están sobre la mesa, hoy en día, los oferentes de tecnología ya no son las empresas de servicios públicos que gestionan las ciudades, estas son simplemente una más. Hoy el ecosistema tecnológico se rodea de tendencias, de datos, de opiniones y de tecnologías disruptivas que convierten en tecnologías habilitadoras en armas para el empoderamiento ciudadano que provocan el cambio al servicio de ellos.
Podemos utilizar filtros Instragram para valorar la evolución y la visión de las Smart Cities y es lógico que tendremos un resultado diferente en función de cada uno de ellos, pero la imagen final casi siempre será la misma, pues, aunque haya retoques de esa imagen las ciudades. Los territorios con sus límites físicos, sus componentes endógenos, sus ciudadanos y la tecnología al servicio de ellos, tienen atributos que los hace únicos, singulares y diferentes, pero ninguno puede renunciar al impacto que la tecnología realiza sobre la calidad de vida, gestión de los servicios públicos o la generación de nuevos modelos de negocios.
La inteligencia real de las ciudades vendrá de la mano de su aceptación por el ecosistema urbano o territorial y si la tecnología es consumida o percibida como un cambio natural y lógico del hábito de los ciudadanos, el cambio habrá llegado.
Sobre el autor:Francisco Morcillo. Consultor, Experto en Innovación Territorial y Blogger . Entusiasta de Innovación+Tecnología+Gestión, para la innovación empresarial y territorial.
Autor del blog; 2TI #smartcity= Territorio+Tecnología+Inteligencia+Innovación
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