Horizon 2020 y la ciudad inteligente #smartcities e #innovacion

Horizon 2020 y la ciudad inteligente

La “ciudad inteligente” será aquella  que  conocedora de sus capacidades y recursos y comprometida con su entorno, intenta mejorar la calidad de vida de la ciudadanía a través de elementos más sostenibles y tecnológicamente más avanzados, como aspectos básicos para la mejora de la sociedad y desarrollo económico.

En este post de forma muy resumida, prentendo resaltar la importancia del ciudadano , en la estrategias europeas, que sin duda orientan el desarrollo de la ciudad del futuro.

Una mejor sociedad. Horizonte 2020

Horizonte 2020. Refleja las prioridades políticas de la Estrategia Europa 2020 y aborda las principales preocupaciones compartidas por los ciudadanos en Europa y otros lugares. Una aproximación basada en desafío reunirá a recursos y conocimientos a través de diferentes campos, tecnologías y disciplinas, incluidas las ciencias sociales y las humanidades. Esto cubrirá las actividades de investigación al mercado con un nuevo enfoque en la innovación de las actividades relacionadas, como la experimentación, demostración, prueba camas-, y el apoyo a la contratación pública y su lanzamiento comercial. En él se incluirán el establecimiento de vínculos con las actividades de las cooperaciones de innovación europea (EIP).

Se centra en los siguientes retos:

  1. Salud, el cambio demográfico y bienestar;
  2.  La seguridad alimentaria, la agricultura sostenible, investigación marina y marítima, y la bioeconomía;
  3. Energía segura, limpia y eficiente;
  4. Transporte inteligente, sostenible e integrado;
  5. Sociedades inclusivas, innovadoras y seguras;
  6. Contra el cambio climático, la eficiencia de los recursos y materias primas.

Es evidente que la estrategia de una ciudad, que piensa en sus recursos y  los optimiza y unos ciudadadanos que disponen de medios, informacióny nuevos modelos de procesos innovadores generando recursos no existentes hasta la fecha, ambos mejoran  y generan  nuevo modelo de eficacia y en eficiencia, sobre el territorio.

El ciudadano inteligente.

Pocas veces una política europea afecta tan de lleno al día a día del ciudadano. Cuando en 2010 la Comisión Europea presentó su estrategia Smart para ciudades y comunidades pocos pensaron que prendería de tal manera en la política local. Pero, en contra de lo que pudiera parecer, en el marco de la estrategia 2020 de la Unión Europea para la reactivación económica, el concepto de reducir el consumo energético y aprovechar mejor los recursos se ha convertido en un arma central para combatir los rigores de la crisis económica.

Esta reflexión, invita a pensar en soluciones en virtud de la estrategia de ciudad, dónde se unifiquen los intereses de la ADMINISTRACIONES PÚBLICAS-CIUDADANOS-EMPRESAS-CENTROS DE INVESTIGACIÓ N Y UNVIERSIDADES, por otro lado plantear las posiblidades reales del territorio y las capacidades de la ciudadanía, y por último la implementación de la tecnología.

Pero no sólo debemos pensar en  soluciones urbanas, que puedan utilizar y combinar de forma innovadora la utilización y  generación de tecnologías para la producción de energía, o el desarrollo de sistemas de red que se distribuyen de manera más eficiente y gestionar la oferta y la demanda mejor  otros sistemas urbanos, tales como el transporte, el tratamiento de residuos y suministro de agua. Debemos pensar en otros procesos de dinamización, basados en el desarrollo de procesos de información, de participación ciudadana, y de implementación de soluciones que beneficien a ciudadanos y empresas.

Además en este proceso, debemos pensar de igual forma, en ámbitos comarcales y ruralización, ya que no sólo seguimos las pautas de los modelos de éxito de grandes ciudades, posiblemente estamos empezando por el final, la implementación tecnológica. Dónde sin lugar a dudas el verdadero beneficiario, debe ser el ciudadano.

Beneficios generales
Las Smart Cities presentan, a nivel global, una serie de medidas que ayudarán a: disminuir la emisión de gases de efecto invernadero, emplear de manera sostenible los recursos disponibles y gestionar eficientemente las fuentes energéticas, ayudando a incorporar progresivamente sistemas más limpios y renovables.
Las ventajas mencionadas anteriormente son, quizás, las más conocidas, pero cabe destacar que los beneficios que podrían aportar a la sociedad las ciudades inteligentes son ilimitados.

Organismos públicos.
Mayor capacidad de gestión de los servicios ofrecidos a los ciudadanos: creación de redes eléctricas más robustas y gestionables, mayor control del tráfico y de las infracciones cometidas, información sanitaría compartida a través de redes nacionales, etc. Menor consumo de los recursos disponibles: sistemas de iluminación más eficiente, posibilidad de reducir el consumo de combustibles fósiles (vehículos eléctricos), desarrollo de nuevos modelos de calefacción (District heating); riego con agua de lluvia
y reciclaje del agua potable, reutilización de residuos sólidos urbanos (biocarburantes orgánicos), etc. Impulso de la economía local: generación de empleo, creación de tejido industrial y empresarial, fomento de desarrollos tecnológicos locales y nacionales, posibilidad de potenciar el turismo con fines ecológicos o tecnológicos, etc.

Ciudadano.
Mayor volumen de información útil y accesible: conocimiento de su consumo energético y consejos para reducirlo, información sobre el tráfico y alternativas disponibles de transporte público, sistemas educativos online, comunicación vía móvil de concentraciones elevadas de agentes alérgicos (polen) en zonas concretas, etc. Aumento de la comodidad y calidad de vida: mayor nivel de domótica en los edificios, gestión a distancia de la calefacción y frío, edificaciones “inteligentes” correctamente orientadas, consultas médicas telefónicas, tele-trabajo, etc. Ahorro económico debido al menor consumo: disminución en la tarifa de la luz, gas y agua. Mejora en los proceso de participación ciudadana y gobierno abierto.

Empresa privada.
Aparición de nuevas oportunidades de mercado: desarrollo de nuevas tecnologías  impulso de las tecnologías existentes, especialmente las relacionadas con las TIC Potencial ahorro económico en infraestructuras: aparición de conceptos como las oficinas virtuales o el “co-working”, que disminuirán la necesidad de contar con equipos o locales propios Mayor conocimiento de las necesidades del cliente final: implantación de contadores inteligentes, etc.

El impacto de las Smartcities, debido a su naturaleza, debería tener repercusión en diferentes ámbitos sociales, económicos, ambientales, energéticos y legislativos.
Los impactos se deberían poder cuantificar a lo largo de una línea temporal; para identificar, en primer lugar, cuáles son los requisitos mínimos necesarios que debería cumplir una “Smart city” y, en segundo lugar, cuáles son las medidas tomadas que realmente contribuyen a crear una sociedad más sostenible.

La ciudad inteligente

La “ciudad inteligente” será, por tanto, aquella comprometida con su entorno que intenta mejorar la calidad de vida de la ciudadanía a través de elementos más sostenibles y tecnológicamente más avanzados en aspectos como el desarrollo económico, el medio ambiente, el transporte, la eficiencia energética o las tecnologías de la información. Resultado de todo ello mejora la calidad de vida y la economía local, demostrando que las inversiones en eficiencia energética y en energías renovables locales, junto a la reducción en el consumo de energía fósil y de emisiones de CO2, constituyen herramientas que ayudan a alcanzar la sostenibilidad y mejorar la calidad de vida en una ciudad.

Hay una necesidad de transformar las ciudades en ciudades inteligentes, ciudades, es decir que reduzcan su huella ecológica al mínimo mediante el aumento de su eficiencia de los recursos y la energía es un elemento fundamental. La energía es esencial en las ciudades modernas. Es compatible con las actividades económicas, permite el transporte y otras infraestructuras para funcionar, y proporciona calor, frío y electricidad a las personas para vivir cómodamente. Ciudades inteligentes se distinguen por el uso de soluciones innovadoras para el suministro de energía de manera más eficaz y eficiente, en términos de costos, la huella ambiental y / o sociales. El cambio a una ciudad inteligente debe también trae grandes beneficios a la población en términos de calidad de vida, mejor transporte y una reducción de las enfermedades relacionadas con la contaminación.De acuerdo con la Directiva de la Unión Europea relativa a la eficiencia energética de los edificios, más del 40% del consumo de energía en Europa se debe a la calefacción y la iluminación en los edificios, lo que representa un 36% de las emisiones de CO2 en la UE, por lo que reducir el consumo de energía en los edificios es un hito esencial de cara a los retos de la Unión.

La Unión Europea ha reconocido la importancia de las ciudades y puso en marcha como parte de la estrategia de Unión por la innovación de las Smart Cities and Communities (SCC) European Innovation Partnership (EIP). Esta asociación se centra en la necesaria integración de la energía, el transporte y las áreas de la información y la comunicación, una condición previa para una ciudad inteligente a desarrollar.

Smart Cities and Communities*

¿En qué consiste el programa Smart Cities and Communities? En principio, se trata de la continuación del Plan Estratégico en Tecnologías Energéticas (SET Plan), aprobado por Bruselas en 2007 y que tiene por objetivo reforzar, unificar y dirigir todos aquellos esfuerzos que se están realizando en Europa en relación a las tecnologías de baja emisión de carbono con el objetivo cumplir las metas marcadas en materia energética y climática que Europa se ha impuesto para los horizontes 2020 y 2050.

 SmartCities and Communities 

 Os dejo enlace por si es de vuestro interés.

Esta iniciativa, que cuenta con respaldo financiero a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), pretende alcanzar una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero del 40% en 2020 (respecto a 1990), lo que, además de los beneficios en el ámbito medioambiental y energético, supone un incremento del empleo local y una mejora en la calidad de vida de los ciudadanos. Asimismo, persigue la implantación del concepto Smart City en el 5% de la población de la Unión Europea, activando el desarrollo de nuevas tecnologías no contaminantes y eficientes. Por último, hace especial hincapié en la difusión de las “mejores prácticas” de energía sostenible implementadas a nivel local.

* Información de la Plataforma Smart Cities and Comunities.

Sobre el autor: Francisco Morcillo. Consultor, Director Gerente de MB3 GESTION. Entusiasta de Innovación+Tecnología+Gestión, en territorios, ciudades y gestión de servicios y edificios. @fmorcillo

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Comentarios (1)

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